miércoles, 29 de junio de 2011

El mejor equipaje.

Salí de aquel lugar, igual que  llegué, sin equipaje, sin aquellas cosas materiales que siempre me acompaño y que en un lugar de la carretera alguien se las apropio. Esta gente me dio cobijo, me curaron  mis heridas y sobre todo, me dieron algo que llevaba tiempo buscado, alegría, alegría en el rostro de estos niños, casi sin ropa, casi sin nada que comer, pero con una inmensa sonrisa capaz de contagiar al más pesimista que asomara por aquel lugar.
Me voy sin equipaje, si, pero con una lección grabada en mi corazón, que es la mejor valija que a uno le puede acompañar, que poco necesitan para reír.


Málaga 21 Junio 2011








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